El cerebro y la médula espinal forman lo que se conoce como el Sistema Nervioso Central (SNC) y juntos controlan casi todo las funciones normales de nuestro cuerpo. El cerebro se compone de tres partes principales.
- El cerebro controla el pensamiento, las emociones, el habla, el aprendizaje, la resolución de problemas y el movimiento voluntario.
- El cerebelo controla el movimiento, el equilibrio y la postura.
- El tronco encefálico conecta el encéfalo con la médula espinal. Es responsable de funciones autónomas como la respiración y la frecuencia cardíaca, así como de los músculos y nervios que nos permiten ver, oír, caminar, hablar y comer.
La médula espinal es la delicada columna de tejidos nerviosos que se encuentra dentro de la “columna vertebral”, la colección de vértebras que protegen los nervios. Estos nervios llevan los mensajes críticos entre el cerebro y el cuerpo que permiten que el cuerpo funcione normalmente y correctamente.
Un tumor de la médula espinal es un crecimiento de células anormales dentro de la médula espinal. Un tumor se forma cuando las células crecen y / o se replican demasiado rápido, o no mueren en el momento correcto. El tumor puede ser maligno (canceroso) o benigno (no canceroso); sin embargo, esta distinción es menos crítica cuando se trata de tumores de la médula espinal porque ambos tipos de tumores pueden, a medida que crecen, presionar y constreñir los tejidos sanos de la médula espinal e impedir su funcionamiento normal. Por lo tanto, tanto los tumores benignos como los malignos pueden causar tipos de síntomas similares. Por lo general, la detección y el diagnóstico de un tumor de la médula espinal se produce solo después de que el niño comienza a mostrar síntomas inusuales que indican un posible problema de salud.
Los síntomas de un tumor de la médula espinal pueden variar ampliamente de un niño a otro, dependiendo de las circunstancias individuales, como exactamente dónde está creciendo el tumor, cómo está presionando otros nervios y tejidos, qué tan rápido está creciendo y la edad y el desarrollo de el niño. Algunos de los signos más comunes de un tumor de la médula espinal pueden ser problemas como:
- Dolor en la espalda
- Dolor que se extiende desde la espalda hacia los brazos y / o piernas
- Dificultad para orinar
- Cambio en los hábitos intestinales
- Dificultad para caminar
- Retraso en alcanzar hitos de crecimiento y desarrollo como sentarse, caminar y / o hablar
Si le preocupa que su hijo presente estos u otros síntomas inusuales, es importante que lo lleve a su pediatra de inmediato. Los tumores de la médula espinal en los niños son muy raros y, en muchos casos, estos u otros síntomas pueden ser causados por una simple enfermedad infantil. Sin embargo, si el pediatra de su hijo sospecha la presencia de un tumor, lo derivará a un neurólogo y / o un oncólogo para que le realicen pruebas adicionales a fin de garantizar un diagnóstico rápido y preciso.
Diagnóstico
Por lo general, el proceso de detección y diagnóstico de un tumor de la médula espinal en niños requiere varios pasos:
- Un examen físico y antecedentes médicos: esto implicará una discusión sobre la salud general de su hijo y sus preocupaciones de salud anteriores y un examen físico para buscar signos visibles de enfermedad, como un bulto.
- Un examen neurológico: esto verificará el estado mental, la coordinación y la capacidad de su hijo para caminar, hablar y funcionar normalmente. Puede implicar una serie de preguntas y / o pruebas físicas, según la edad y el estado de desarrollo del niño, para verificar el funcionamiento del cerebro, los nervios y la médula espinal.
- Examen por imágenesexámenes: losfísicos y neurológicos ayudarán a determinar si existe un riesgo para la salud, pero no proporcionarán un diagnóstico preciso. En la mayoría de los casos, el neurólogo u oncólogo de su hijo hará un seguimiento de todos los exámenes neurológicos con un examen por imágenes, que es el primer paso para detectar y localizar un tumor real. La prueba de imagen más común es una resonancia magnética con gadolinio (también llamada imagen por resonancia magnética nuclear). Cuando se inyecta cerca del sitio del tumor sospechoso, el gadolinio se acumula cerca de las células anormales, lo que hace que se vean más brillantes en la imagen.
- Análisis de sangre: junto con los estudios por imágenes, los análisis de sangre pueden indicar la presencia de “marcadores tumorales” o sustancias anormales en la sangre causadas por ciertos tipos de cánceres.
Siempre que sea posible, el diagnóstico final se producirá durante y después de la cirugía para extirpar todo o parte del tumor de la médula espinal. El objetivo de la cirugía es extirpar todo el tumor o la mayor parte posible. Luego, un patólogo examinará una parte del tumor bajo un microscopio para diagnosticar el tipo y grado del tumor. Este diagnóstico determinará el curso del tratamiento de seguimiento para matar las células tumorales restantes y, con suerte, evitar que el tumor vuelva a crecer.
En algunos casos, sin embargo, el tumor puede estar creciendo en un área de la médula espinal donde no se puede extirpar quirúrgicamente sin causar un daño excesivo al tejido sano cercano. En estos casos, el diagnóstico se realizará basándose únicamente en imágenes, y se determinará un curso de tratamiento no quirúrgico basado en ese diagnóstico.